sábado, 31 de julio de 2010

Salutación angélica (César Vallejo)

Eslavo con respecto a la palmera,
Alemán de perfil al sol, inglés sin fin,
Francés en cita con los caracoles,
Italiano ex profeso, escandinavo al aire,
Español de pura bestia, tal el cielo
Ensartado en la tierra por los vientos,
Tal el beso del límite en los hombros.

Mas sólo tu demuestras descendiendo
O subiendo el pecho, bolchevique,
Tus trazos confundibles,
Tu gesto marital,
Tu cara de padre,
Tus piernas de amado,
Tu cutis por teléfono
Tu alma perpendicular a la mía
Tus codos de justo
Y un pasaporte en blanco en tu sonrisa.

Obrando por el hombre, en nuestras pausas,
Matando, tú, a los largo de tu muerte
Y a lo ancho de un abrazo salubérrimo,
Vi que cuando comías después, tenías gusto,
Vi que en tus sustancias creció yerba.

Yo quisiera, por eso,
Tu calor doctrinal, frío y en barras,
Tu añadida manera de mirarnos
Y aquellos tuyos pasos metalúrgicos,
Aquellos tuyos pasos de otra vida

Y digo, bolchevique, tomando esta franqueza
En su feroz linaje de exhalación terrestre:
Hijo natural del bien y del mal
Y viviendo talvez por vanidad, para que digan,
Me dan tus simultáneas estatuas, mucha pena,
Puesto que tú no ignoras en quien se me hace
Tarde diariamente,
En quién estoy callado y medio tuerto.



Tomado de:
Vallejo C. (1965) (1993) Obra Poética Completa, Casa de las Américas, La Habana: Cuba. Págs.: 173-174.

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