domingo, 21 de septiembre de 2008

POÉTICUS

ORACIÓN A LA SABIDURÍA
MINERVA NUESTRA
QUE ESTÁS EN LOS LIBROS,
CONCRETIZADO SEA TU NOMBRE,
VENGA TU PRAXIS,
HÁGASE LO QUE PREDICAS
EN LA ESCUELA
COMO EN LA "U"
DADNOS HOY
NUESTRO SABER DE CADA DÍA.
NO PERDONES EL ACADEMICISMO,
COMO TAMBIÉN NOSOTROS
NO PERDONAMOS
EL DOCENTISMO.
NO NOS DEJES CAER
EN EL FORMALISMO
Y LÍBRANOS
DEL DOGMATISMO
POR LOS CICLOS
DE LOS CICLOS...
ASÍ SEA.
DESDE ALGÚN LUGAR DEL "BOONKER"NOVIEMBRE DEL 88

POÉTICUS

SOÑADORES

Sed sensibilidad social
siempre será sagrada,
sabiendo sabio sentimiento,
somos suscriptores sustanciales...
Soslayamos, sobretodo,
signos superioridad sospechosa,
sometimiento, sadismos sedentarios somnolientos,
santo seña: subterfugio subliminal.
Solidario, solícito socavas sagazmente
síndrome secular:
sátrapas sicarios sin suplicar silencio,
secuencian sumarísimo suplicio...
sabidillos sacrílegos santos-santos
secuaces, saqueadores, sicópatas, siniestros...
Siempre seremos, sí,
seguidores sensatos, sin sectarismos sediciosos;
seductivo semejante, señalará sendero.
Simbolismo sentimental segrega
suspiros servibles, sinceros;
sosiego sorpresivo supone
sutileza sempiterna, serena... santificante.
Soñadores soñaremos sueño
solidaridad sacratísima... Siempre, siempre, sea, siempre.



Tonypeña, mayo, invierno MMIII

DESDE LA "U"

Saludemos la cultura orgullosos…
Tony Peña


Qué cultura es socialmente correcta para las izquierdas políticas en un mundo transgredido por el multiculturalismo, el relativismo cultural, la deculturación, enculturación, aculturación, la variabilidad cultural, las tendencias culturales, transculturación y otras yerbas, que si bien no son venenosas, pero subyugan. Qué hacer ante semejantes procesos inexpugnables, a simple vista de pirata. Hoy por hoy es mucho más debatible que nunca que esa pregunta tenga réplica o sentido, y quizás en esto hay que detenerse forzosamente para fantasear acerca del futuro del hecho cultural en El Salvador.
Al decir izquierdas, nos referimos lógicamente, a un conjunto de segmentos del espectro político que consideran prioritaria la consecución de la igualdad social por medio de los derechos colectivos; en general, éstas tienden a defender una sociedad laica, igualitaria y multicultural. En función del equilibrio entre todos estos factores, las izquierdas políticas son en realidad diversas ramas ideológicas.
Sin caer en eruditismo trasnochado, en la década de los 80s la UNESCO declaró, que “la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden…” y paro de contar, porque en efecto, y no me digan, quiénes de todas las izquierdas, hombres o mujeres, no estarían de acuerdo con esa extraordinaria Declaración de México en 1982.
En nuestro país la cultura popular se discute como cuestión política desde hace tiempos, en especial, en reciprocidad con un proyecto político sea éste de izquierda o de derecha. La costumbre real nos indica que no es viable la compatibilidad entre el proyecto de gobierno de derecha y el proyecto de cultura de las izquierdas. Creemos en personas más sensibles al dolor humano, a las condiciones humanas. Asimismo, pretendemos que cualquier expresión cultural esté calada de practicidad y no de promesas del deberíamos hacer. Existen miles de ejemplos para describir los equivocados senderos por los que galopa la cultura salvadoreña y con ella, los obstaculizados y colisionados intentos de difundir las expresiones culturales más urgentes.
Desde nuestra experiencia docentil se hacen intentos sencillos de cómo la cultura en sus diversas expresiones puede convertir al ser humano en constructor de identidad, autodeterminación, que tome conciencia de sí mismo, una persona humana crítica y éticamente comprometida con su entorno; por ello, es necesario que desde nuestras circunstancias potenciemos la idea de persuadir a los grupos hegemónicos, élites parnasianas y políticas para que bajen del Olimpo y puedan pernoctar una noche en la llanura.
Lamentablemente, no todo es color de rosa como la pantera, en el caso de las izquierdas, hay gente de izquierda que teniendo posibilidades de gestionar condiciones elementales para desarrollar verdaderos procesos de desarrollo cultural duermen el sueño de los justos y preponderan las aspiraciones materiales y no así las espirituales, entendido lo espiritual no con tinte esotérico ni religioso. Muchos no desconocemos la realidad cultural de nuestra población, pero no superamos la sana crítica ni la crítica insana ni la buena voluntad, recorremos en nuestro imaginario tecnócrata-académico kilómetros y kilómetros de lo que deberíamos hacer y que es urgente; sin embargo, como diría un mi amigo con nombre de musulmán, “definimos y explicamos el universo pero no somos capaces ni de armar una piñata” y no es por que no haya creatividad, disposición y voluntad sino porque en un mundo globalizado como el nuestro los temas que no generan ganancias pasan al archivo de la asamblea general o de la junta directiva o la comisión política.
La cultura es algo más que la sumatoria de objetos, hábitos, costumbres de los individuos. Tiene que ver con la historia y el ámbito geográfico de un grupo. Si la cultura tiene que ver con la historia, las leyes y el territorio demás está decir que la poesía, el teatro, la pintura, la música, la lectura, el lenguaje oral y escrito son herramientas o medios para conocer la historia, comprender el pasado. Las artes, como cultura, no son manjares que llegan a la mesa del hambriento ni siquiera es educado para degustar semejantes platillos. Un proyecto político de las izquierdas tiende a desmadejar esa realidad que se oculta con sigilo y perversión en los “mass-media”; y no tendría muchas herramientas para hacerlo. La más importante de todas ellas es la credibilidad de que puedan gozar en el conjunto social, sobre todo entre los sectores con menos o ninguna oportunidad. Nosotros consideramos que la creatividad es un símbolo. Después de tanto pensamiento débil y rendición al sistema hay que recobrar la fuerza primigenia de las ideas, de la creatividad. Quizá, talvez se trate de un nuevo intento de redireccionar las izquierdas desde postulados claros y disímiles del sistema económico-social, político y cultural imperante.

DESDE LA "U"

TO TEACHING: HAPPY TEACHER’S DAY
Por:Tony Peña
La enseñanza con calidad no aparenta ser nuestra fortaleza. En nuestro medio la educación no tiene otro designio que el de eternizar el disimulo y la exigua afición por las ciencias, la técnica, el arte y la cultura. En muchas escuelas públicas, por ejemplo, importa más el diseño del uniforme que la enseñanza de la matemática, la historia, el lenguaje o la poesía. Enseñamos para la indiferencia, el silencio y el olvido. No educamos para apoderarnos de una actitud crítica de cara a la realidad. Nos educamos para desvalorizarnos nosotros mismos, nunca para ufanarnos de nuestra identidad y nuestra cultura.
Qué decir de las universidades. El pensador peruano José Carlos Mariátegui (7 ensayos de interpretación de la realidad peruana), planteó hace muchísimos años que: “La universidad es... una gélida, arcaica y anémica academia, insensible a las grandes emociones actuales de la humanidad, desconectada de la ideas que agitan presentemente al mundo…La universidad estática…Es un muestrario de ideas muertas…la juventud tiene de nuevo la sensación de frecuentar una universidad enferma, una universidad petrificada, una universidad sombría, sin luz, sin salud y sin oxígeno”
Pero, pero…la juventud de nuestros días tiene a su base, jóvenes universitarios sin una pizca de conciencia política, económica y social. Sin claridad de su propia realidad, sin conciencia nacional, sin identidad cultural, con deseos de irse fuera del país. Además, también, “dirigentes estudiantiles” insensibles, aprovechados, arribistas, enganchados en los círculos burocráticos.
A la larga, poseemos una juventud universitaria que en su mayoría está, salvo excepción de algunos estudiantes y colectivos progresistas pero bastante frágiles y sin unidad, en una situación de saturada alienación en todos sus ángulos, como por ejemplo: los que están empapados de la afectación del reaguetón, perreo, pasito duranguense, rocketeo, punkeo. Perfectos diestros para el chateo, bloggueo, de la cultura de la Internet y la pornografía virtual. Expertos para bailar en las discos, embriagarse, drogarse y fumar; con tendencias, muchas veces, a la desviación sexual. Obviamente, mucho tenemos que ver en eso, nosotros estimados compañeros, queridos maestros, por lo menos en no neutralizar el papel perverso de los Medios.
Volviendo con Mariátegui…”Nuestros catedráticos no se preocupan ostensiblemente sino de la literatura de su curso... tan poco afectos por la lectura… Su vuelo mental, generalmente, no va más allá, de los ámbitos rutinarios de su cátedra…no son hombres panorámicos… No existe, entre ellos, ningún revolucionario, ningún renovador, ningún líder…Todos son…mediocres mentalidades…temperamentos burocráticos…orgánicamente apocados, acomodaticios y poltrones; espíritus de clase media, ramplones, huachafos, limitados y desiertos, sin grandes ambiciones ni grandes ideales, forjados para el horizonte burgués…en una pingüe empresa capitalista…son los intelectuales de panteón…las universidades acaparadas intelectual y materialmente por una casta generalmente desprovista de impulso creador, no podían aspirar siquiera a una función más alta de formación y selección de capacidades. Su burocratización las conducía de un modo fatal al empobrecimiento espiritual y científico”.
Hasta aquí lo de Mariátegui, al perecer esa descripción está hecha a la justa medida de muchas instituciones de educación superior de nuestro país. Las ideas planteadas exigen presencia en la actualidad, con cuantiosa más fuerza que en el pasado cercano.
Analizando en un contexto objetivo se nota que a nosotros los profesores, asimismo al Estado, no nos es de interés el destino de nuestros dicentes, no nos incumbe la totalidad de alumnos egresados que prorrumpen directamente a ensanchar las columnas de los desocupados. En caso de los hombres a emplearse como vendedores de libros, a laborar no en sus profesiones sino en otras faenas; en caso de las mujeres como dependientes de almacén, negocios de comida rápida o maquiladoras.
De cara a este escenario recalcitrante los profesores no decimos ni hacemos nada, seguimos nuestra labor como si no pasara nada fuera de las universidades. Lo anterior indica que no nos atañe en lo más minúsculo el futuro de la juventud universitaria, ni mucho menos de la juventud no universitaria, menos aún el horizonte del país y del pueblo. Muchos de nosotros tenemos por consigna lo siguiente: “Basta con que tenga mi sueldo a tiempo, mi segurito, viva relativamente bien y pague religiosamente mis impuestos”. Dicho en otras palabras no hacemos o quizá ni pensamos ejecutar investigaciones, por ejemplo, sobre el problema de los estudiantes egresados, acerca de la total escisión entre la educación y la producción; se parte de que las universidades tienen como funciones fundamentales: la docencia, la investigación y la proyección social; pero al parecer dichas funciones sólo sirven para ser letra asesinada en la legislación.
Las ideas anteriores no son lo peor, basta con decir que hemos convertido al magisterio en general y a las universidades en particular, en un verdadero circo de izquierdistas y derechistas, de escuadroneros y terroristas, cuando menos deberíamos ir en el rumbo de la reconciliación: Patria sí, Comunismo, también; como dice Berne Ayalá. Los hay desde pseudorevolucionarios, marxistoides para todos los gustos y disgustos; pasando por los anarquistas, morleyístas comunistas y socialdemócratas hasta auténticos fascistoides, neonasis y seudoconservadores del actual sistema de cosas, es decir legítimos emisarios de los poderosos que subyugan a la aldea planetaria.
En lo tocante a las izquierdas, lo incongruente e inadmisible es que no atacan al indudable enemigo. Dentro de esta despiadada realidad, el odioso desprecio que puede existir, la peor humillación que se puede dar a la razón y a la inteligencia es que existamos maestros sin un aliento de transformación o de cambio.

POÉTICUS


PATRIA PARA TODOS, PATRIA DE POCOS
Patria con cara de niño pobre,
careta, embadurnada de guacamol
y sopa de frijoles rojinegros,
desolada, descontenta, descarriada,
cuerpo de hamaca de San Sebastián
porque tiemblas donde quieres y cuando quieres.
Patria, pulgarcita mía,
maquillada-maquilada, vestida, perfumada;
golfita de barrio pobre,
recogida, mancillada, vilipendiada
como hija disoluta.
Patria de patrioteristas patriotéricos
vendepatrias TLCíacos, chupacabras;
dráculas sediciosos y sedientos de sudor obrero
que cae a manantiales en tu seno.
Patria de sueños aciagos y amargos,
ciudad de miseria a chorros,
hambre caminando
con patas de chucho desvalido
en pleno Parque Libertad.
Patria, paraíso terrenal,
país de la chistada
de los amos de la droga y del secuestro,
tierra de preseas de hijos apátridas.
Patria, cuna de negreros
de la comida rápida
en pleno siglo veintiuno,
engrillando pies y manos la esperanza aún soñada.
Patria con cara de dólar,
corazón de bamba de a peso,
gimiendo eternamente a moco suelto
el dolor arrastrado por los siglos de silencio.
Patria, hija de dominio
con nietos eternamente dominados,
habitantes ilegales de las tierras del cañón del colorado,
la gran manzana, sedienta como siempre,
de expansión dominante.
Patria, mariposas revoloteando en tu interior
con ganas de volar al infinito,
surcado nube a nube
por luciérnagas de corazón iluso.
Patria querida y amada,
desierto de centroamérica
con techo de lámina y duralita,
inundada por una gota de lluvia madrugadora,
goteando lentamente en tu pecho.
Patria, adepta ferviente
de la Conferencia Episcopal
y del Colegio Cardenalicio,
amante clandestina de la Opus Dei
candidata eterna al arzobispado.
Patria, suelo de insólitos,
donde la flor nacional es compañera culinaria
para saciar el hambre de cordilleras del Bálsamo, de Apaneca, Ilamatepec;
pasarelas de urbe para mercado ambulante;
puentes colgantes para ríos ficticios.
Patria, imagen a color,
escondes fríamente ese rostro de marco apolillado
con noches de Metrocentro,
Radisson, Marriot, Holiday Inn,
denunciando amargamente tu pasado.
Patria, retrato de dolor,
calles de rebeldía,
amor a la utopía,
eres patria para todos,
eres patria de pocos.


Tonypeña, septiembre, MMII